Pocos minutos después de las ocho de la tarde se abrían las puertas de la Parroquia de la Inmaculada Concepción para que el cortejo que antecedía al Santísimo Cristo del Perdón comenzara a discurrir por el itinerario marcado.
Un cortejo que, además de los hermanos de fila, se añadía en decenas tras el crucificado que estaba portado en la parihuela de Vía-Crucis por miembros de su cuadrilla de cargadores.
El recorrido tuvo, como cada año, el momento más significativo con el paso por el Hospital de San Carlos y el rezo de la estación junto al centro hospitalario.
