Jesús Posada compartió sus vivencias sobre la Magna Mariana en la primera aula de formación ‘Daniel Nieto’
Ayer la Hermandad de la Misericordia comenzó la primera de las aulas formativas ‘Daniel Nieto Vázquez’ bajo el título “María, Reina de la Salvación, una nueva oportunidad” y que estuvo a cargo del vocal del Consejo local de hermandades y cofradías, Jesús Posada López.
Posada López uno de los responsables en materia logística de la Magna Mariana quiso en su intervención primero dar las gracias a todos los que hicieron posible la jornada del pasado 30 de septiembre, una Magna a la que definió como el “mayor reto cofrade” en la historia de las hermandades isleñas.
El matiz de “una nueva oportunidad” que traía el título de la conferencia es según su autor la oportunidad de reivindicación de los cristianos cofrades de La Isla. Según Posada se dio “un verdadero ejemplo” en dar gracias a la Virgen. También supuso la Magna, según el interviniente, una ilusión acrecentada entre los jóvenes que les ha llevado a ser parte importante de esta organización en sus respectivas hermandades. Para hablar sobre esta vertiente dentro de los jóvenes Posada se apoyó en las intervenciones de dos jóvenes de la corporación del Jueves Santo que contaron su experiencia.
También intervino el Hermano Mayor de la Hermandad de la Misericordia, Manuel Gómez Aragón, expresando el trabajo realizado en los pocos meses desde la toma de posesión de la nueva Junta de Gobierno hasta la salida en la Magna Mariana.
Tras algo más de veinte minutos de exposición se abrió el turno de preguntas por parte de una treintena de hermanos asistentes al aula de formación. Entre las preguntas se cuestionó si había cumplido las expectativas, a lo que Jesús Posada aseguró “las expectativas de la Ciudad eran altas, quizás esperábamos más gente, puedo decir que fue un día bonito para la ciudad” a lo que aseguró que “el público que se esperaba no vino, es una evidencia”.
A la finalización de la ponencia se le hizo entrega por parte de la hermandad al conferenciante de un azulejo que recrea el antiguo escudo que posee la hermandad en su libro de reglas y que recuerda la parte delantera del escapulario de esta corporación.