Hermandad del Nazareno

Jesús Nazareno vuelve al centro desde La Casería arropado por una multitud de fieles



Es martes, horario laboral aún. En el interior de la Parroquia de la Inmculada Concepción -del barrio de La Casería- Jesús Nazareno se encuentra sobre su parihuela junto a la Virgen de la Paz.

Se hace el silencio, y se reza por el fallecimiento de Antonio Galán Gómez, quien fuera hermano número 1 de la Hermandad del Nazareno en buena parte de este 250 aniversario que celebramos. El Regidor Perpetuo se muestra imponente en este marco. En su pecho el escudo de plata de la Hermandad del Perdón que ayer, al llegar al templo, le regalaron los cofrades del Jueves Santo.

Se abren las puertas y la calle Magallanes recibe a un buen número de fieles. Discurre el cortejo por este camino que cada Jueves Santo recorre un crucificado buscando el centro de La Isla. Antes de dejar el barrio la parihuela se para. En un balcón una de las voces que mejor le ha cantado a La Isla sus bellezas. Es Antonio Alías, reconocido nazareno y crucero, en el día que Jesús Nazareno emprendía el camino hacia la capilla del Cristo Viejo. Sin más que unas hojas, unos versos, le dice al Nazareno aquello que le dijera en 2010 y que actualizado a nuestros días sigue sonando igual; a la verdad de un pueblo. Versos dedicados a un hermano del Nazareno y del Perdón que se encuentra hospitalizado. Son los detalles de este camino.

Sigue la calle Magallanes el Señor de La Isla y es un reguero de fieles que le acompañan. Cruza el puente y ya se sabe más cerca del centro. En San José y San Antonio la voz de Fran Ocaña le reza un Padrenuestro cantado. Muchos se agolpaban para verlo. Ya está el Señor en el barrio del Cristo.

Y es que nada más girar hacia Patrona con la luz caída de la anochecida el bordado de la túnica se vuelve distinto como las miradas son también distintas al Señor. Estaba previsto que el cortejo tras coger el primer tramo de Patrona girara hacia Trafalgar para continuar por Servando Gutiérrez. Un cable en la entrada de la calle Trafalgar que se encontraba muy tenso hizo cambiar el recorrido. Seguiría por Patrona para girar a la izquierda en la calle Santa María y desde aquí seguir por Servando Gutiérrez en el recorrido hacia la capilla de la Vera-Cruz.

En la esquina por tanto de Santa María con Servando Gutiérrez le esperaba el Coro San Juan de la Cruz que igual que en muchos actos de culto interno quiso estar ayer acompañando al Señor. En este caso interpretaron el Hallelujah de Leonard Cohen como símbolo también que el Señor lo es para todos, en todas las lenguas e incluso creencias. 

Llegaba el cortejo a la plaza de la Vera-Cruz, momento de recogimiento. Un cielo azul cubría la noche y la dorada parihuela se aproximaba a la puerta de la capilla. En el interior sonaba una marcha muy familiar para los cofrades de la madrugá del Viernes Santo, «Jesús Nazareno» con la versión cantada a cargo del Coro de la Vera-Cruz. Difícil maniobra para entrar en la capilla que sirvió para tener algo más de tiempo de captar el semblante del Señor con la piedra ostionera como fondo. 

La fe del Nazareno es desbordante. Y de eso también se vive en estos momentos. Se hacía el silencio en el interior de la capilla y en la plaza, pero nadie puede contener al aplauso cerrado que sale del corazón de quienes allí estaban cuando la cruz del Señor sobrepasó el dintel del templo.

Con el fondo musical de «Pescador de hombres» discurría Jesús Nazareno por el interior de la capilla de la Vera-Cruz donde los cofrades del Miércoles Santo lo esperaban. Hermandades hermanas que durante todo el día se sentirán más cerca que nunca. 

El Señor de la multitud de fieles. El Señor del regreso al centro de La Isla. Jesús Nazareno unió en puente de devociones La Casería y La Isla, el Perdón y la Vera-Cruz. Jesús Nazareno, nuestro particular camino. (ISLAPASIÓN).