Jesús Nazareno arremolina tras de sí a cientos de devotos en su Vía-Crucis
Cita obligada cada Viernes de Dolores. Son casi las nueve de la noche y la plaza de la Iglesia acoge a cientos de devotos. Sale la Cruz Parroquial y con ella los hermanos del Nazareno. Se intuyen los ciriales y algo más tarde la dorada parihuela.
Sale el Regidor Perpetuo. Y tras él se arremolinan cientos de devotos que van rezando las distintas estaciones del Vía-Crucis. Lo portan sus hermanos cargadores y algunos hermanos veteranos que no pierden la ocasión de estar cerca del Señor.
El cortejo recorre las estrechas calles de la feligresía y un mar de cabezas siguen tras los pasos de Jesús Nazareno. Es Viernes de Dolores. Viernes del Vía-Crucis del Nazareno. (ISLAPASIÓN).