Cristo Rey y la Virgen de la Estrella despiertan a La Isla cofrade de la espera
La espera fue larga, pero mereció la pena. Y es que los hermanos de Cristo Rey tenían ese amargo recuerdo de los últimos momentos del Domingo de Ramos del pasado año cuando entre la lluvia tuvieron que apresurarse en la recogida.
Pero nada tuvo que ver este año. Minutos antes de las cuatro de la tarde un sol de justicia parcheaba las túnicas de los penitentes y hebreos que se arremolinaban en las estancias del colegio La Salle y que esperaban una salida procesional con normalidad pese al fuerte viento de Levante que azotaba a la ciudad ayer.
Tantas ganas había de procesiones que se adelantó la espera y cinco minutos antes de las cuatro de la tarde el pregonero de la Semana Santa de San Fernando, Manuel Sánchez Casas, junto a su padre y su hijo, abrían las puertas a la mejor semana del año en la ciudad.
Comenzaban a andar las primeras secciones de hebreos tras la Cruz de Guía por la calle Real y el paso de misterio se empezaba a mover en el interior de la capilla de La Salle. Sonido de rampa metálica en los pasos de los cargadores y un himno que marcaba el inicio del tiempo más esperado tras la primera levantá por parte del que fuera hasta el pasado mes de diciembre presidente del Consejo local de Hermandades y Cofradías, Manuel Rivera Barrea.
Volvió a sonar “Cristo Rey en La Salle” pero esta vez desde los instrumentos de la Agrupación Musical “Lágrimas de Dolores” que se estrenaba tras el paso de misterio de la cofradía lasaliana. Aplausos, nervios, emociones contenidas y no contenidas. Eso es lo que debe ser cada año la salida de Cristo Rey. Y así fue.
El cortejo del paso de misterio se adentraba ya en el cruce con la Plaza del Rey cuando el paso de palio de la Virgen de la Estrella ya se movía en el interior de la capilla tras la primera levantá dedicada a la memoria del cofrade Eduardo Olmo. No hubo la tradicional saeta y es que los años pasas y la voz de Manuel Lucas no estaba para este momento. Las vividas en años anteriores quedarán para la historia.
No hubo saeta pero si todo lo demás. La dificultosa salida con los varales casi acariciando el dintel con esas estrellas que los rematan. Las marchas por parte de la Banda de Música de la Hermandad del Nazareno y todo el azul de la tarde que se refleja en el palio y manto de la Virgen de la Estrella que lucía radiante, como de costumbre.
Tras la salida el paso por Carrera Oficial y de aquí la vuelta a su barrio por Tomás del Valle y las Siete Revueltas. Tenemos que apuntar que el recorrido por esta parte se hace algo lento y pesado para los que conforman el cortejo aunque no podemos dejar tampoco de reseñar que el transitar de ambos pasos por estas estrechas calles es uno de los puntos en los que más público se agolpa cada Domingo de Ramos prestos a vivir momentos de gran intensidad con los mecíos de los cargadores y las marchas que no paran de sonar.
La subida de la calle Héroes del Baleares con el viento quedo más deslucida que de costumbre aunque el Levante no pudo dejar sin el tradicional encuentro entre Cristo Rey y la Virgen de la Estrella.
Día radiante de cofradía lasaliana que solo afeó el viento en algunas partes del recorrido pero que no dejó sin poder disfrutar de todos los instantes que se esperaban desde hacía más de un año. (ISLAPASIÓN).