Para algunos el itinerario en la memoria de la Hermandad de la Caridad la situaba, tras Carrera Oficial, enfilando calle Real y llegando a San Francisco. Algunos ha sido los Martes Santos en los que por la lluvia -o previsión de la misma- la cofradía había tenido que dejar a un lado su paso por Siete Revueltas y Comedias para recortar su recorrido.
Pero ayer no tuvo nada que ver. La hermandad se ponía en hora en la calle mostrando un cortejo en el que, además del paso,destacaba la seriedad y buen comportamiento de todos sus hermanos de fila.
Sobre su plateado paso -una de las obras de arte de la Semana Santa isleña- lucía esplendorosa la Virgen de la Caridad junto al Cristo de la Salvación. Las capillas de las esquinas traseras dan una nueva visión de un paso llamado a sorprender no solo a los isleños. La hermandad está trabajando mucho y bien, y eso se nota.
La procesión tuvo dos momentos, el recorrido de ida a Carrera Oficial y el de vuelta, aunque mucho menos marcado que lo que era anteriormente. La elección de las marchas -de corte más sobrio- le dan un nuevo empaque a la cofradía en la calle. Pero cuando ya coge las calles de su barrio es imposible dejar de lado esa vinculación con estas calles y lo esperado que es siempre el momento en el que la hermandad lo recorra.
La cofradía parece distinta -y lo es- aunque como decimos su Junta de Gobierno lucha por mantener en casi todo el recorrido el mismo tipo de hermandad. Aún así el recorrido de vuelta de la cofradía nada tiene que ver con lo que se recuerda antaño. El paso de la Hermandad del Prendimiento por el Parque y la bajada de Ancha de Huerto ha ido restando público a Caridad pero mejorando en su calidad.
En definitiva, la cofradía de San Francisco paseó con ese sello tan particular que se quiere delimitar desde su Junta sin dejar a un lado su arraigo dentro de un barrio que, de nuevo, disfrutó con el paso de su cofradía. (ISLAPASIÓN).