Calurosa y multitudinaria procesión agosteña junto a la Divina Pastora
Un nuevo 15 de agosto pasó para el redil pastoreño isleño, un nuevo 15 de agosto marcado por una procesión completa en la que la sensación térmica debido a la jornada de levante en calma fue la nota predominante en lo climatológico y que influyó en distintos aspectos de su procesión, afianzada desde hace años y que salvo matices en cada año suele repetirse en una fórmula exitosa contrastada.
A las siete de la tarde en el interior del templo la cuadrilla de hermanos costaleros con Antonio Reseco como capataz se afanaban por tener todo preparado. Los costales puestos en la cuadrilla que haría la salida, nervios de aquellos que se estrenaban por vez primera mientras se encendían las velas de cada una de las tulipas que completan los candelabros que iluminan el paso.
La Santísima Virgen, sobre su paso dorado, lucía con la saya de la coronación y el manto de las granadas, ambas piezas salidas de los talleres de Fernández y Enríquez, de Brenes, autores también de los característicos bordados de los faldones del paso centenario en el que procesiona la Pastora.
En el interior del templo además se habían dispuesto distintos espacios -no con demasiado éxito- para los hermanos que querían ver la salida desde el interior así como para los medios de comunicación. Igualmente empezaban a llegar las representaciones de las distintas hermandades, el Consejo local de hermandades y cofradías y el propio Ayuntamiento de San Fernando, sin la presencia de la alcadesa Patricia Cavada en la que es la procesión anual de la Copatrona isleña.
A las siete y media se abrían los verdes portalones del templo pastoreño para que la cruz que abría el cortejo comenzara a recorrer los primeros metros de la plaza. Una plaza que aún con las altas tempraturas y toda la luz de la tarde registraba un lleno considerable. Tras el cortejo con las representaciones una amplia comitiva de monaguillos con atavíos capuchinos antecedían al cuerpo de ciriales y el paso en el que se pudo contemplar distintos detalles en relación a la próxima Coronación Canónica de la Divina Pastora de Málaga.
Tras la Copatrona isleña interpretaba las marchas, como en los últimos años, la Banda de Música Municipal ‘Enrique Montero’ de Chiclana que realizó un callejero alegre, muy de gloria, distante de esas pinceladas que durante otros años se habían concedido a marchas de otro corte. La primera de ellas la que Jorge Marcial le dedicara el pasado año bajo el título ‘Pastore de nuestras almas’.
Muchos fueron los instantes de fervor vividos junto a la Pastora este año. Comenzando con el paso por la casa de hermandad del Ecce-Homo, el recuerdo siempre a la figura de Alfonso Berraquero o el saludo a los ancianos que cada año la esperan antes de la subida de la calle Colón. Desde aquí la llegada a la calle Maestro Portela -Ancha- donde el público seguía acompañando a la Virgen mientras sonaban marchas como ‘Encarnación Coronada’ o ‘Tu eres el orgullo de nuestro pueblo’. Al final de la calle Ancha se retiraron las representaciones de las distintas hermandades y como novedad también los atributos propios del cortejo pastoreño como son el Simpecado y la bandera corporativa -bacalao- de la hermandad, detalle este último poco consistente dentro de la lógica cofrade.
Sin duda el momento más esperado fue el paso por el callejón San Miguel. Allí como siempre el recuerdo a los hermanos de esta zona del barrio que ya no se encuentran entre nosotros. Junto a esta dedicatoria los versos de Antonio Alías -quien fuera su pregonero de la Coronación hace 20 años- a la Divina Pastora. A la salida del callejón como siempre la petalada desde la casa de la familia Posada López, un momento ya tradicional cada noche de 15 de agosto.
El regreso a su templo por Méndez Núñez, Bonifaz y Marqués de la Victoria recordaron a tiempos pasados, con una cuadrilla que imprimió por momentos algunos recursos que parecían olvidados y que dieron mayor auge a la procesión con la respuesta en forma de aplausos por parte del público. El paso por Santo Domingo es sinónimo ya del cante del Coro Virgen del Carmen con Manoli de los Santos al frente -en su 30 aniversario- y la petalada previa a llegar a Marconi, lugar en el que ya era difícil caminar junto a la Virgen en una bulla que por entonces ya estaba descontrolada.
Triunfal entrada en la plaza pastoreña para una recogida cuando los relojes marcaban la una en punto de la madrugada y un canto de la Salve pastoreña que puso fin a una tarde-noche calurosa en lo climatológico y en el fervor de los devotos pastoreños que la hicieron de las más multitudinarias que se recuerdan en los últimos años.