Así es el nuevo traje bordado del Niño de la Virgen del Carmen
En la tarde de ayer, y dentro de la celebración del octavo día dela Novena a la Santísima Virgen del Carmen Coronada, fue presentado un nuevo vestido para la imagen del Niño que porta la Virgen en sus brazos.
La pieza, que pasará a engrosar el patrimonio de la Hermandad, ha sido donada por la Juventud Carmelitana y realizada por Pablo Pérez Díaz, quien aprendiera la técnica del bordado en oro de la mano de Juan Guerrero Pérez y Dolores González Fuentes.
La decoración está realizada mediante la técnica del bordado en hilos tendidos, a realce, sobre un tisú de plata.
El diseño ornamental está inspirado en el del hábito rico o de salida, estrenado en 1891 junto a la capa, y que suele lucir la Virgen en las grandes solemnidades, principalmente en la fecha de su onomástica.
En este caso, la decoración la componen dos zonas claramente diferenciadas; La primera, una estrecha cenefa, ubicada a lo largo del perímetro inferior de la falda, en la que se disponen una serie de motivos romboidales, en sentido horizontal, y que se entrelazan entre sí por medio de un pequeño elemento de pedrería. Por otro lado, el campo central, lo ocupa un serpenteante tallo, que abarca toda la extensión de la falda y del que brotan hojas, flores de lirios y pequeñas ramificaciones, que crean una dinámica composición y aportan movimiento al conjunto.
Por último, tanto el perímetro inferior de la falda como las bocamangas y el cuello se decoran mediante dos valiosos encajes; Por un lado, un encaje de tipo punto de España, realizado a bolillos en hilos de oro, habiendo sido ejecutado por el artista sevillano Alfonso Aguilar, autor, entre otros, de encajes para la Macarena o la Virgen del Rocío, de Almonte. El otro, es un encaje de tipo “Point de Gaze” realizado totalmente a la aguja, con finísimas hebras de lino, y aunque ha sido adquirido en Inglaterra, es muy probable que se ejecutara en Bruselas en el s. XIX.
Sin duda, una pieza en la que tanto la Hermandad como su autor han querido cuidar hasta el más mínimo detalle, sin escatimar en el empleo de materiales de la mayor calidad, con el único fin de presentar a la Patrona de la Ciudad de la forma más digna ante los fieles, tal y como se viene acostumbrando.
