La Virgen del Carmen fue coronada en la iglesia del Santo Ángel ante más de 2.000 fieles. Un acto solemne presidido por el Arzobispo de Sevilla, Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, bajo un imponente altar instalado con el palio de la hermandad de la Estrella y un mar de flores que han servido para condecorar canónicamente a la primera imagen de esta advocación en la provincia.
Dando comienzo a las 19 horas, la eucaristía fue concelebrada por numerosos sacerdotes y religiosos relacionados con la orden carmelita, presentes en este acto que enmarca el 5º centenario del nacimiento de Santa Teresa. Un acto solemne y hermoso, donde se han interpretado cantos de Mozart, Gabrieli, Bach o Haendel, desarrollados por una orquesta formada por miembros del Conservatorio de Sevilla, además de la Coral San Felipe Neridirigida por Juan Manuel Barahona. Dichos cantos remantados así por el momento de júbilo y aplausos en el instante en el que el Arzobispo colocaba las preseas, realizadas por Orfebería Triana, sobre las cabezas de la Virgen y el Niño.
Desde el exterior, una gran pantalla de 7×3 metros permitía a los asistentes seguir el acto. Una misa arropada por hermandades y asociaciones de toda Andalucía y gran parte de España, con el presidente del Consejo de cofradías, Carlos Bourrelier, a la cabeza. Todas ellas representadas en las cuatro madrinas de la coronación: El Carmen del Santo Ángel, la Estrella, Montserrat y Los Gitanos, corporaciones que atienden a los frailes descalzos de esta sede. Con la representación municipal de Juan Carlos Cabrera, Delegado de Fiestas Mayores, y Juan Miguel Bazaga, director del área de Fiestas Mayores y Juan Ignacio Zoido, jefe de la oposición por el partido popular.
El único pero. Una tamborrada originada por un desfile organizado por el Carnaval de Badajoz, llegada desde la Plaza de la Campana y pasando por Tetúan, impidió a los asistentes seguir con normalidad el acto desde la propia calle Rioja, desde el inicio hasta el momento de la coronación. Desde el Ayuntamiento se esgrime que «se debe a un error de la organización del desfile. El mismo debía transcurrir por Campana, Sierpes y Plaza Nueva»
Una coronación fuera de lo común
Más allá de los cánones establecidos por la ciudad, esta coronación ha destacado por su ubicación. Sin naves catedralicias que la arroparan, el magno templo conventual ha servido como escenario de esta celebración sin precedentes. Antes de comenzar la eucaristía, resonó en todos los muros una frase lanzada desde al ambón por uno de los frailes carmelitas «En el momento de coronar a nuestra madre, no os cortéis en aplaudir». ¡Y tanto que no! Cohetes, flores caídas desde la cúpula y vivas convirtieron el momento cumbre del acto en alegría para todos los asistentes.
Comenzaba la homilía y el Arzobispo siguió el mismo modelo que empleó en la coronación de la Inmaculada de Castilleja de la Cuesta: una glosa a la Virgen y el sentido de la coronación.
«De pie, a tu derecha, está la reina enjoyada con oro», abría el sermón como «sentido de esta coronación».«Es nautral la alegría que percibo en vuestros ojos», palabras que llegaban a los asistentes expectantes de vivir el momento esperado.
El texto proseguía con detalles que narraban el verdadero sentido de lo vivido. «La iglesia corona a las imágenes de la Virgen más insignes porque María ya fue coronada por la Trinidad, como Reina y Señora de todo lo creado. El misterio de la coronación de la virgen nos desvela la misión de María en la iglesia y en cada uno de nosotros, María es la señal magnífica y deslumbrante».
Un texto que finalizaba con la descripción de la imagen que «seguramente sea la más hermosa de las del Carmen de nuestra archidiocesis», en palabras de un Arzobispo que otorgó su autoría a «Cristóbal Sánchez», y no Ramos. Pero que recalcaba que «cuando hace algunos meses recibí al padre prior, le pedí que esta coronación tuviera una tonalidad totalmente pastoral. Les pedí que fueran austeros en los gastos y con una acción social consistente». Un hecho que ya es una realidad en una de las feligresías más activas de toda la provincia.
Llegó el momento preciso. El prior Francisco Javier Jaén leía el decreto de la coronación a la espera de que el ideólogo de este sueño, el fraile Juan Dobado, llevara con sus manos la corona que, momentos más tarde, fuera posada en las sienes de la Virgen. A las 19:40 horas fue el momento elegido. Monseñor Juan José Asenjo «intentó» colocar esa corona que fue «impuesta» finalmente por el Teniente hermano mayor de la Estrella revestido de acólito, Sergio Cornejo,por las dificultades que acarreaba su imponente tamaño.
Sevilla coronaba así a su primera Virgen del Carmen. El Santo Ángel se convierte, desde ahora, en un nuevo foco devocional de toda la archidiócesis.