Llega el verano y con él las altas temperaturas, que incitan a disfrutar de días de playa y piscina para refrescarse y combatir el sofocante calor. Sin embargo, los expertos repiten cada año la importancia de cuidar la piel cuando está expuesta al sol mediante la aplicación de productos y cremas solares para evitar daños severos en la dermis, que pueden dar lugar a enfermedades más graves. Por ello, la «fotopotección se instala como la mejor forma de tomar el sol de manera inteligente», afirma la Dra. Aurora Guerra, de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
En consonancia. desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) intentan dar respuesta a uno de los grandes dilemas que existen en los hogares españoles cada verano: ¿se pueden usar las cremas solares que tenemos por casa del año pasado? Ir a la playa, bañarse en una piscina y tomar el sol para tener la piel morena es un placer que a todos nos gusta, pero debemos ser responsables y conocer las importantes consecuencias que pueden acarrear una mala exposición solar durante un tiempo prolongado.
Uso correcto de la protección solar
«Las preparaciones para aplicación externa contienen sustancias que detienen parcialmente las radiaciones UV. Se preparan en una base líquida (emulsión o gel), semilíquida (crema) o sólida (barras o stick)», explican desde la Academia Española de Dermatología y Venereología. Además, hacen especial hincapié en la facilidad de su aplicación y en los múltiples beneficios que conlleva en nuestra piel, evitando daños y enfermedades graves.
En este sentido, de acuerdo con la información que expone la Clínica Universidad de Navarra (CUN), conducta de prevenir problemas asociados a la práctica de tomar el sol se basa en tres principios básicos: «reducir la irradiación solar, es decir, disminuir el tiempo de exposición al sol durante las horas centrales del día. Emplear ropa protectora, además de sombrero y camiseta. Los cristales de las gafas solares deben filtrar tanto radiación UVB como UVA y longitudes de onda de luz visible cercanas al violeta. Utilizar un fotoprotector o filtro solar de amplio espectro«.
Finalmente, desde la entidad médica también manifiestan otro aspecto fundamental para evitar errores en esta práctica: «recuerde: nunca se debe utilizar un fotoprotector para alargar el tiempo de exposición solar«, como ha detallado Diario de Navarra. Por tanto, y como cada año, los expertos ya hacen recomendaciones de cara a la temporada de verano, donde el sofocante y las altas temperaturas hacen estragos e incitan a disfrutar del sol, pero siempre con responsabilidad.
Crema solar del año pasado, según la OCU
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), indica que «al ser productos cosméticos, las cremas solares deben cumplir con los requisitos de una normativa europea específica, en la que la vida útil debe indicarse en la etiqueta claramente». De este modo, este índice debe señalarse con la fecha de caducidad, que es obligatoria para los productos con una vida útil mínima inferior a 30 meses, o con el espacio de tiempo después de la apertura, denominado PAO (period after opening).
Con esta información, la propia OCU afirma que si el protector solar «sigue teniendo aspecto normal, no ha cambiado el olor, la apariencia es la misma y la consistencia se ha mantenido igual, se puede utilizar el resto de protector que se tenga del año anterior«. Finalmente, la deducción respecto a la temporada de verano, para evitar daños y quemaduras en la piel, es clara: aplicar cremas solares que cumplan los requisitos establecidos por la Organización de Consumidores y Usuarios, así como ser conscientes de los problemas futuros que puede acarrear una indebida exposición solar.