La normativa laboral ha sufrido un cambio considerable, que interesa tanto a trabajadores como a empresas. El abogado laboralista Cristo Llurda ha querido explicar esta nueva legislación con una frase que lo resume todo: “Esta es la bomba laboral de 2025”.
Se refiere al nuevo Proyecto de Ley que el Gobierno anunció y que introduce cambios importantes: desde la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales hasta una nueva forma de registrar el horario, pasando por sanciones que pueden alcanzar los 10.000 euros por empleado.
Jornada de 37,5 horas, contratos reconfigurados y multas
Llurda, en una publicación reciente, desglosa los puntos clave de esta reforma que, según explica, es “una de las más ambiciosas y a la vez más complejas de las últimas décadas”.
Y no es para menos: no habrá periodo transitorio ni ayudas para su aplicación, lo que podría provocar una avalancha de conflictos laborales si no se gestiona adecuadamente.
Uno de los puntos más llamativos es la reducción de la jornada laboral: se pasa de 40 a 37,5 horas semanales, sin rebaja salarial, y con aplicación inmediata tras su publicación en el BOE.
Además, todos los contratos que recojan 37,5 horas o más pasarán automáticamente a jornada completa, mientras que los de menor duración deberán ajustar el salario proporcionalmente, sin necesidad de nuevos pactos.
Registro digital, desconexión reforzada y una ley que no da tregua
Como advierte Llurda, “el ajuste es obligatorio ex lege, sin necesidad de pacto individual ni colectivo”. Las sanciones también van a subir de nivel: el nuevo marco legal contempla multas de hasta 10.000 euros por trabajador, y se computan por persona afectada, no por empresa.
Otro cambio importante será el nuevo registro de jornada obligatorio y digital. Cada trabajador deberá fichar el inicio y final de su jornada, así como todas las pausas, como el desayuno o el café.
El sistema deberá estar accesible en remoto, tanto para el empleado como para su representante legal. El registro en papel desaparece por completo.
Si no se cumple, Llurda advierte: “si no hay registro, se presume la jornada ordinaria más las horas extra que diga el trabajador”, lo que deja a los empleadores en una situación jurídica muy delicada.
El derecho a la desconexión digital también da un paso más allá: no solo se prohibirá que el jefe contacte fuera del horario laboral, sino cualquier tipo de comunicación con clientes, proveedores o compañeros.
En definitiva, la llamada «bomba laboral de 2025» está cargada de buenas intenciones para proteger los derechos de los trabajadores, pero llega sin manual de instrucciones ni red de seguridad según el experto.