Público, calor y los sones de Virgen de las Lágrimas acompañan al Patrón de Chiclana
La tarde-noche del 24 de junio ha acogido un año más la salida procesional del Patrón de Chiclana de la Frontera, San Juan Bautista, en una soleada tarde que aminoró la presencia de público en los primeros tramos del recorrido.
Puntual a su cita cuando faltaban quince minutos para las ocho de la tarde se abrían las puertas de la Iglesia de San Juan Bautista para que comenzara a salir el cortejo que acompañaba al Patrón chiclanero.
Acompañando a San Juan, como en los últimos años, los sones de la Agrupación Musical Virgen de las Lágrimas que derrochó parte de su amplio repertorio en todo el recorrido en el que se instalaron algunas alfombras de tierra y sal así como se engalanaron algunas fachadas.
Desde su salida hasta la calle Cristobal Colón en la que sonó “La Piedad” y desde allí a la calle Huerta Chica donde el paso, al son costalero, anduvo con la marcha “Señor de La Isla”.
No faltaron referencias a hermandades isleñas en el repertorio con la interpratación por ejemplo de “Oración en el Huerto” por la Alameda o “Redención, Pasión y Amargura” entrando en la calle Padre Caro.
En esta parte del recorrido el cortejo transitó por la capilla de Jesús Nazareno, a la que el paso encaró a los sones de “Clamor del Altozano” y “Al compás del alba”. Continuó la conjunción entre cuadrilla y agrupación en la calle Ramón y Cajal en la que sonaron hasta tres marchas sin interrupción, entre ellas “Bajo tu mirada”.
Pero aún quedaba la vuelta a las calles más cercanas a su templo, las más engalanadas y en las que esperaban los mejores momentos. Sin duda, como cada año, el paso por la calle Bodega en la que no faltaron los cánticos desde balcones engalanados e incluso una petalada. Magistral la Agrupación Musical isleña que reservó las marchas “Islapasión”, “La esencia de un barrio” y “Flagellum” para este momento de explosión de la devoción al Patrón de Chiclana.
Los últimos metros en este recorrido llegaron cercana las doce de la noche cuando ya el cortejo enfilaba la entrada en su templo para terminar una jornada marcada por la presencia de público -especialmente en la segunda parte del itinerario-, una climatología que acompañó en todo momento y los compases, siempre acordes, de los músicos de Virgen de las Lágrimas. Un nuevo 24 de junio se consumó en Chiclana cuando sonó “A las puertas del cielo”. (ISLAPASIÓN).