Medalla de la Ciudad al Huerto en reconocimiento a la devoción a Gracia y Esperanza Coronada
Como reconocimiento a la devoción a Gracia y Esperanza, primera dolorosa coronada de la Diócesis. Como agradecimiento a 75 años de historia de labor asistencia y social. Por lo que significa el verde y blanco de la Pastora. Por sus hermanos, por los que lo fueron y lo serán. Por lo que es esta corporación dentro de la ciudad. Por tantas cosas que difícilmente entran dentro de un acto protocolario, sin el pellizco hortelano, de algo menos de una hora.
Por todas esas cosas La Isla hoy ha reconocido con la Medalla de la Ciudad a la Hermandad del Huerto. Lo hace con su Virgen, con Gracia y Esperanza, pero por aquello de los complejos, pues no se le da a la Titular Coronada de esta cofradía aunque estaba presidiendo desde el altar mayor de la parroquia pastoreña.
Eran las ocho de la tarde y en una tarde gris la Corporación Municipal -no en su totalidad- junto con la Junta de Gobierno de la Hermandad del Huerto llegaban hasta la puerta lateral -la de Marconi- ¡para dar comienzo a un acto que estaba medido al milímetro aunque le faltaron algunas cosas.
La alcaldesa, Patricia Cavada, junto al Hermano Mayor del Huerto, José Antonio Gómez Alanís, y en presencia del párroco de la Divina Pastora, el Rvdo. P. Luis Palomino Millán, descubrían en el zaguán de entrada al templo una placa conmemorativa de esta jornada mientras el resto de la comitiva avanzaba dentro del templo.
Ya con toda la presidencia ubicada en su lugar correspondiente daba comienzo un acto que tuvo de mantenedor al periodista y cofrade de la Hermandad del Huerto, Arturo Rivera Barrera. Antes de su primera intervención el quinteto de metales Nazareno”s Brass que acompañó musicalmente el acto interpretó el “Ave María” de Caccini. En esta primera intervención Rivera Barrera unió esta concesión de la medalla dentro de la celebración de los actos del 75 aniversario de la hermandad hortelana.
La segunda de las intervenciones fue la del director espiritual de la Hermandad del Huerto y párroco de la Divina Pastora, el Rvdo. P. Luis Palomino Millán que entroncó la historia de esta hermandad con la devoción a María Santísima de Gracia y Esperanza para asegurar la importancia del acto que hoy se celebraba en el templo del barrio más cofrade de la ciudad.
Seguidamente el primer teniente de alcaldía, Francisco J. Romero, dio lectura -como procede en estos casos- al acuerdo plenario de la concesión de la distinción. Tras esto el quinteto de metales interpretó la marcha procesional “Gestsemaní” de Ricardo Dorado para dar paso a una nueva intervención del mantenedor del acto que quiso glosar aquellos detalles que no figuran dentro del expediente de esta distinción así como un detalle curioso que figuraba en el montaje primoroso realizado por la hermandad hortelana: la inclusión en un lateral de la polvera de la Constitución de 1812 que el presidente del Senado regaló a la hermandad en el 175 aniversario del nacimiento del Beato -quien fuera senador en el siglo XIX-.
La siguiente de las intervenciones fue del alma máter de esta distinción. La persona que ha perseguido de forma incansable hasta llegar a este día que la Hermandad del Huerto y con ello la Virgen de Gracia y Esperanza Coronada, disfrutaran de la Medalla de la Ciudad. Una intervención, la de Francisco “Tito” Valencia León que llevó de nuevo al septiembre de 2006, a la Coronación Canónica de Gracia y Esperanza y al sentir de todos los hermanos del Huerto.
Finalizada esta intervención tanto la alcaldesa como el Hermano Mayor del Huerto descubrieron en el altar mayor el cuadro en el que se encontraba la Medalla de la Ciudad. Quizás faltó que la misma le fuera impuesta a la Virgen de Gracia y Esperanza pero los mismos complejos de los que hablábamos al principio lo impidieron. La Hermandad del Huerto quiso obsequiar con un cuadro a la Ciudad en la persona de su alcaldesa como gratitud por esta distinción.
Tras la entrega de la Medalla sonó “La Oración en el Huerto” por el quinteto de metales. Más que una marcha, un himno dentro de esta corporación y que escribiera Agripino Lozano para perpetuar las tardes del Martes Santo en la historia de la música procesional.
El acto finalizaba con las intervenciones del Hermano Mayor -que ponía a disposición de la ciudad a la hermandad como hasta ahora y que anotaba algunos apuntes interesantes sobre la posición de las hermandades en la sociedad actual- y la Alcaldesa así como la interpretación de los himnos de Andalucía y España.
Toda una jornada histórica para los hermanos del Huerto. Gracia y Esperanza y el Cristo del Huerto ya podrán llevar sobre su pecho -ahora ya sin complejos por parte de los hortelanos- la Medalla de la Ciudad. (ISLAPASIÓN).