Con túnica blanca o morada. Con paso dorado o no. Con o sin música. Da igual. El Señor del Gran Poder no entiende de cambios. Bueno, el Señor no, todos sus hermanos, fieles y devotos que hacen del Miércoles Santo esa compañía en el exilio. Y es que el Miércoles Santo es el día en el que se vuelve al barrio para irse de él.
Para irse con el Señor del Gran Poder y con la Virgen del Amor. Son las cuatro de la tarde y un sol de justicia. Pero las inmediaciones de la Sagrada Familia se llena. Es difícil aparcar. ¿Qué día es? Es el día del barrio por antonomasia.
En el interior del templo y en zonas exteriores habilitadas se preparan los hermanos. Muchos jóvenes que se enfrentan a horas y horas de caminar junto a sus Titulares.
Se abren las puertas minutos después de la hora indicada. Quizás para aquellos hermanos que después de trabajar han tenido que venir corriendo para su cita anual. Capirotes blancos y túnicas moradas empiezan a discurrir por las primeras calles. Se alza el banderín de la Agrupación Musical «San Juan» de Jerez y suena «Cerca de ti, Señor» mientras el paso aún no ha llegado al dintel. Cerca del Señor como su barrio hoy, como todos los días.
La salida no deja a nadie indiferente. Los más, aplauden. Otros miran al paso con lágrimas en los ojos. El Señor del Gran Poder viene con túnica blanca, como antaño. Parece que se reencuentra con su barrio como lo hacía antes con su anterior paso.
Sale y suenan las marchas. Primer giro y a marcar el andar más presuroso. Salen las secciones de la Virgen y con ella el palio de malla de La Isla. Apunta el himno el director de la Banda del Nazareno y toda la luz de la tarde comienza a entrar por el paso de palio de la Virgen del Amor.
Ya está la cofradía en la calle y los vecinos comienzan a andar tras sus pasos camino del centro. Saetas y marchas en la Glorieta. Andar para ganar tiempo en las siguientes calles y ya cuando llegan a Real a componerse de nuevo que hace falta dar la mejor versión de la cofradía en Carrera Oficial.
Pero antes una novedad en el camino. Al llegar a la Iglesia Mayor bajo la rampa se encontraba el Obispo de Cádiz y Ceuta, Monseñor Zornoza, que levantó los dos pasos. El del Gran Poder por el seminario y el de la Virgen del Amor por los cristianos perseguidos tal como rezaba el lazo en su primer varal.
Tras el paso por Carrera Oficial el recorrido por el centro buscando la calle Ancha en el que las marchas se sucedieron sin solución de continuidad. De Ancha a la plazoleta en la que saetas y marchas se daban la mano para emprender la vuelta al barrio.
La subida del puente como de costumbre. Bastante público que ya acompaña a la hermandad hasta la recogida. Es la única cofradía que queda en la calle y La Isla no quiere despedir el Miércoles Santo.
Los pasos llegan frente a la puerta de la Sagrada Familia y se produce el encuentro. Aplausos y vítores. El palio de la Virgen del Amor entra y se interpreta el «Ave María» de Caccini en el interior. El Señor del Gran Poder entra para cerrar un Miércoles Santo en el que de nuevo el barrio se fue con sus Titulares al centro de la ciudad para demostrar la fe de todo un año en la Bazán. (ISLAPASIÓN).