La Hermandad de la Esperanza de Triana despliega su historia en el Mercantil
La Esperanza de Triana inauguró, en la noche del pasado 15 de enero, la exposición conmemorativa del cuarto centenario de la fusión de las hermandades de la Esperanza y las Tres Caídas. Una muestra que reunirá hasta el próximo 29 de enero lo mejor del patrimonio de la corporación trianera en la céntrica sede del Círculo Mercantil.
Enmarcada en el X aniversario del Círculo de Pasión y bajo el título «Un Sueño de cerámica y forja para la Esperanza de Triana», las dos salas empleadas giran alrededor del diseñador regionalista José Recio, teniendo como hilo argumental el estilo que el ceramista trianeroimpregnó en la cofradía durante toda la mitad del siglo XX.
Comisariada por Ignacio Sánchez Rico y dividida en cuatro grandes bloques temáticos; La Herencia Romántica, la Cofradía Regionalista, el Legado de Bandarán y la consolidación de un Estilo en la Postguerra, la exposición ofrece tanto piezas de la propia hermandad como otras cedidas. Destacan los respiraderos del antiguo paso de misterio conocido como «El Portaaviones» y el antiguo cirineo del paso de misterio –ahora en Utrera y Sanlúcar de Barrameda respectivamente-, las antiguas bambalinas de Olmo, llegadas desde Ceuta, o la antigua cruz de salida del Cristo, entre otras.
A la muestra se suman diseños, piezas de cerámica y bocetos de bordados salidos del taller de Recio, el actual techo de palio de la hermandad, el manto de «Los Dragones», los respiraderos de Armenta, el boceto del cirineo de Castillo Lastrucci, el sayón negro que ocupaba dicho conjunto, la saya del torero Juan Belmonte, la de las hermanas Martín Cruz o la del taller de Santa Isabel, varias coronas de la Esperanza de Triana o los candelabros de cola, entre otras obras.
Prestamos llegados desde los Gitanos o la Lanzada -como la diadema de la Virgen del Buen Fin- se unen a detalles que cuentan la historia de la hermandad de la Madrugada. Destaca la recreación de la Sacra Conversación con la Magdalena, la Virgen y San Juan que dejó de procesionar hace más de un siglo.
Una muestra alberga, a su vez, claras referencias a José Sebastián y Bandarán, el gran impulsor de la capilla de los Marineros, que coincidió cronológicamente con Recio en esa época de esplendor y auge artístico. A ello se suma una zona audiovisual que proyectará un pequeño documental de 7 o 8 minutos con todo el contexto de la exposición. (ISLAPASIÓN).