Semana Santa en Cádiz

Jesús Despojado presidió en la Catedral el Vía-Crucis de las hermandades de Cádiz



El Señor Despojado de sus vestiduras ha protagonizado este lunes el Vía Crucis oficial de las cofradías gaditanas, el primer gran acto de la presente Cuaresma. El colegio de Salesianos ha sido más que nunca centro de devoción y fe desde por la mañana. Primero los escolares y después numerosos fieles han entrado para visitar la imagen ya dispuesta para la ocasión.

El día ha sido histórico para esta cofradía que crece enormemente respaldada por el impulso y apoyo de todos los hermanos. Para el Vía Crucis el tiempo se ha comportado excepcionalmente y al sol que brillaba y lucía con fuerza al inicio, le ha seguido una noche agradable y con buena temperatura. Más allá del Miércoles de ceniza, comenzaba de esta forma la Cuaresma en las calles de Cádiz.

El nutrido cortejo que precedía a la imagen salía de forma ordenada desde el colegio. Como es habitual acudían representantes de todas las hermandades gaditanas, además de autoridades, lectores de estaciones y miembros del Consejo local de cofradías de Cádiz. Junto a ellos como no podía ser de otra forma, los hermanos de la corporación del Domingo de Ramos. En esta ocasión en vez los veinte que suele determinar la organización, han sido más de cincuenta. El Señor del Amor salía con su túnica morada y estrenaba potencias y cíngulo. Iba sobre una parihuela de orfebrería con cuatro faroles que ha cedido la hermandad del Soberano Poder de Alcalá de Guadaira.

Con la solemnidad que requería el momento, el Despojado, acompañado musicalmente por la capilla San Pablo y el coro Real Capilla, llegaba a la Catedral sobre las ocho de la tarde. Allí comenzaba el rezo del Vía Crucis. En ausencia del obispo Rafael Zornoza, cerró el acto el delegado episcopal de hermandades y cofradías de Cádiz, Juan Enrique Sánchez Moreno. Después el cortejo iniciaba el regreso al colegio Salesianos para culminar una jornada inolvidable para la joven hermandad.