El isleño Pedro Manzano recupera el esplendor del Cristo de las Tres Caídas de Triana
Han pasado seis meses y cuatro días desde que Triana despidiera a su vecino más antiguo. El Cristo de las Tres Caídas marchaba al taller sevillano del isleño Pedro Manzano para ser sometido a una restauración delicada debido al excesivo oscurecimiento de su policromía.
Cuando este viernes a las diez de la mañana se abran las puertas de la capilla de los Marineros, las emociones se dispararán con ese ansiado reencuentro. El Señor ha vuelto rejuvenecido. La limpieza que se le ha practicado ha logrado devolverle el esplendor que la imagen tenía a comienzos de la década de los 80. Muchos, que por aquel entonces eran niños, hoy regresarán a su infancia. Pero, sin duda, serán los viejos trianeros quienes se lleven el regalo de volver a ver al que es su asidero cada día como en aquella época en la que tuvieron que afrontar el importante reto de aquella restauración de 1982.
El Cristo de las Tres Caídas se repone este viernes al culto. Para ello, la hermandad celebrará una misa de acción de gracias a las 20.30 horas. Teniendo en cuenta la gran cantidad de fieles que acudirán a reencontrarse con el Señor, la capilla de los Marineros estará abierta de forma ininterrumpida este viernes y sábado de 10 a 21 horas y, el domingo, de 10 a 14 horas.
La junta de gobierno y la comisión de seguimiento nombrada al efecto han sido muy cuidadosos a la hora de afrontar la intervención, aprobada casi por unanimidad el pasado mes de febrero en un cabildo al que asistieron más de 500 hermanos. Junto con Pedro Manzano, recogieron el mandato del cabildo, alarmados por el ennegrecimiento paulatino, y claramente perceptible en las capas pictóricas superiores de la policromía. Era un reto por parte de la junta de Alfonso de Julios, por lo que lo primero que se hizo fue encargar al IAPH un estudio para conocer el estado conservativo en que se encontraba la imagen. El informe recomendaba intervenir sobre lasprimeras capas de la policromía, retrotrayendo al estado que presentaba a principios de los 80, que ocultaba la verdadera impronta de la imagen. A lo largo de este tiempo, han seguido la restauración expertos de la talla de Emilio Gómez Piñol, José Fernández López, José Roda Peña, Francisco Javier Sánchez de los Reyes y José Ignacio Sánchez Rico; además de los exhermanos mayores.
El resultado es el que aprecia en la fotografía que ilustra esta información. Hace unos años, fue Francisco Javier Hernández quien recuperó la estampa más reconocida de la Virgen de la Esperanza, la de los azulejos. Hoy, es Pedro Manzano quien ha devuelto a su máximo esplendor al Cristo de las Tres Caídas, una soberbia talla, la más antigua de Triana, que ahora tiene treinta años menos. (PASIÓN EN SEVILLA).